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En los casos de recuperación de este tipo de bienes queda constancia de que tienen algo en común: su solución requiere de tiempo, salvo excepciones.

En principio, es imprescindible componer un perfil criminológico de la persona o grupo con mayor número de probabilidades. Con acceso a la base de datos de la Interpol, se puede detectar un modus operandi similar al que se está investigando. De inmediato, Jorge Colomar se reúne con sus colaboradores expertos para trazar el carácter y el entorno de los posibles delincuentes.  Casi siempre, es necesaria una perspectiva global del mercado del arte para avanzar en la investigación; en la actualidad, los desplazamientos rápidos a cualquier punto del mundo forman parte de una realidad que hace más complejos los pasos a dar y requiere que los investigadores puedan viajar de inmediato. Nuestro detective, Jorge Colomar, mantiene contactos nacionales e internacionales con los distintos cuerpos de policía de cada país por lo que en sus búsquedas no hay barreras (en la página de inicio constan algunos de los nexos del detective con policía y servicios de inteligencia). Paralelamente, se comunica con expertos en arte o patrimonio cultural de galerías, museos y otras instituciones, sea donde sea que estén. 

Lo que hemos contado tiene un preámbulo. La primera exigencia de cada caso debe centrarse en conocer al cliente y a su entorno, para así eliminarles rápidamente como posibles incriminados.

A consecuencia del programa semanal –Guardianes del Patrimonio– Jorge Colomar ha estado recibiendo múltiples consultas sobre medidas de seguridad y localización de piezas sustraídas. Asimismo, las empresas aseguradoras requieren de una ardua investigación cuando un cliente reclama el importe de su póliza por bienes robados. Con la experiencia que le aporta la resolución de varios casos en el pasado, decide solicitar la colaboración de expertos en diversas especialidades para dar una amplia respuesta a los casos que puedan surgir en adelante.